Cuatro gatos




«He perdido.
Cuatro gatos han podido conmigo,
cuatro gatos negros cruzan mi destino […]»

«Te noto extraña, cambiada quizás. Tus ojos están apagados, tristes. Las ojeras le han cogido campo al brillo de tus ojos, ya no iluminan tu cara.
Te he preguntado si estás cansada, pero tu mirada siempre es de confusión.
No eres la misma; has perdido tu esencia.
Tus labios ya no tienen marca, tu pelo está desaliñado, tu almohada húmeda. Y tu corazón, tu corazón ya no da vuelcos.
No eres tú.
Auguro que crece en ti algo nuevo, quizás sea el cansancio, la rutina o simplemente sean viejos recuerdos que traen nuevas lágrimas, pero a su paso mueren las buenas cosas.
¿Dónde está esa chica que cantaba, que reía a carcajadas?
Le has dejado la puerta abierta a las penas y ahora todas las noches quieren ser las estrellas. Te has vuelto frágil y aún más solitaria. Ya no te gustan las baladas, no te gustan los ‘¿qué tal estás?’ porque te hacen recordar, aborreces los ‘tienes mala cara, ¿por qué tan cansada?’
».

“Quien no se hace el vivo va muerto”, y qué razón. Incluso cuando no quieres tienes que aparentar normalidad, felicidad. Incluso cuando la situación no puede sostenerse y necesitas dejar de ser eso que todos quieren no puedes, siempre hay alguna exigencia que atender. Cómo, cómo puede ser eso, cómo podemos dejar que nos pase. Por qué tienes que estar al pie del cañón incluso cuando no sabes si tienes dinamita suficiente, por qué tienes que limitarte a respirar en la ducha y salir como si nada pasara. Constantemente nos equivocamos, día a día y creo, realmente lo creo, que pocas veces movemos nosotros los hilos de nuestras vidas. Dejamos que los demás decidan por nosotros, nos movemos para que aquellos que nos rodean estén bien porque para estar mal es suficiente con nosotros.
Ojalá nos diéramos los respiros que le damos al resto, ojalá no tuviéramos que esconder algo tan simple como tener un mal día. Ojalá no nos exigiéramos constantemente estar, estar por estar.

El principio de este texto lo escribí en noviembre del año pasado y por casualidad hace unos días volví a verlo y volví a sentirlo mío, incluso más mío que nunca. Hoy os lo traigo porque me ‘inspiré’ en él para hacer el dibujo que habéis visto de una chica en la bañera. He de decir que el dibujo está basado en una ilustración de “Elliana Esquivel Banera”, yo simplemente hice algunos cambios para hacer el trabajo más personal. ¡Espero que os guste!
“Desesperación, tristeza, no poder, angustia, impotencia, duele, calor, calma, alivio, soltarlo todo”, estas son algunas palabras que me habéis escrito en la encuesta que os he dejado en Instagram para saber qué os transmitía la imagen.  Ahora nuevamente os pregunto; después de haber leído el texto ¿qué os transmite el dibujo?

«Han llamado y al contestar
me he dado cuenta de que no podía más.
Cuatro veces sin hablarte
porque no puedo verte sin pensar que yo no olvido.
Y no puedo quitármelo […]»



Comentarios

  1. Me transmite tristeza y a la vez alivio. Parece que no puede sostener la situación y a la vez el agua la ayuda a soltarlo todo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Has dado en el clavo, esos son algunos de los sentimientos que buscaba plasmar. ¡Muchas gracias por participar!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares