Viven en la esquina de mi corazón


“Te quiero decir que pierdo medio kilo en cada beso,
 te ruego que me dejes en los huesos"

Miles y miles de besos, uno para cada momento.
Besos mañaneros, despeinados, besos babosos, besos y más besos.
Están los que gesticulan un te quiero y saben a te amo.
También tenemos los que dicen: te echo de menos, dame un abrazo de los tuyos.
Los de despedidas que se entrecortan por veloces lágrimas. 
Los cariñosos que piden más y más mimos, a veces se mezclan con los de la frente.
¡Ah! Y los que vienen con un buen chaparrón de la mano de unas risitas que dicen: me encantas, me encantan los besos bajo la lluvia.
Los dulces, esos que saben a fruta.
Los apasionados que se alargan y te arrugan hasta la falda.
Los rápidos - no deberían contar, pero se dan- saben a prisas, sin embargo, llevan cariño, ternura y mucho más.

Los besos, besos son. No, claro que no. 

Besar es más que eso, es pasar la yema del dedo y recorrer el borde de tu boca pensando si me dejaras morderlos. Es empapar los labios deseando encontrarme con los tuyos. Pero no sólo es besar, también es mordisquear, robar un ratito el labio, soltar un quejido, que nunca suena a queja.

Besos en cualquier lugar, a cualquier hora, porque cualquier beso puede ser bueno si la compañía es la deseada.

“Porque tus besos […] son como sellos de amor en mi piel. […]Viven en la esquina de mi corazón, […]me enamoran, me cubren de bien.”

Comentarios

Entradas populares